Un grupo de hombres borrachos en Holanda pensó que sería una gran idea comer peces vivos de su acuario en una noche de alcohol y drogas. Desafortunadamente para uno de ellos, un pequeño pez no cayó sin luchar.
El caso fue reportado en
Acta Oto-Laryngologica Case Reports donde los médicos del Centro Médico de la Universidad de Rotterdam cuentan la historia de un hombre ebrio de 28 años que "se llevó una sorpresa" cuando intentó tragar un bagre espinoso. Al parecer, este hombre se inspiró en el programa de televisión Jackass, lo que llevó al excelente título del informe del caso "Un idiota y un pez".
El hombre anónimo y sus amigos habían estado bebiendo cerveza y tomando éxtasis, y decidieron tragar vivos algunos de sus peces de colores que tenían como mascota. Estas criaturas de escamas suaves se deslizaron hacia abajo a la perfección, pero un pez gato de bronce con púas (Corydoras aeneus) no lo hizo.
El pez alarmado por el hecho de que se lo estaba tragando, con justa razón sacó a la defensiva sus afiladas espinas y se alojó en la garganta del hombre quien "después de varias horas de un autotratamiento infructuoso con más cerveza, miel y helado", finalmente buscó ayuda médica.
Llegó al hospital con un video casero de dos minutos de lo que había sucedido. Resumido sucintamente por los autores del informe de caso, aquí hay un relato paso a paso de lo que implicaba el video:
"La persona A bebe de un vaso que contiene agua limpia y un pez vivo; la persona A escupe el agua y el pescado, atrapa el pescado en sus manos y arroja el pescado sobre la mesa; el pescado agonizante es entregado por la persona B al paciente; el paciente traga cerveza de la botella y luego engulle el pescado; el paciente no pudo beber más cerveza porque el pescado aparentemente se le atascó en la garganta; el paciente hace arcadas vigorosamente; el paciente claramente angustiado vomita líquidos; el paciente en extrema angustia, usa dos dedos para inducir el reflejo nauseoso, pero aparentemente el pez permanece atascado; la persona C administra la maniobra de Heimlich aplicada incorrectamente; el paciente todavía tiene náuseas; el paciente arroja sangre en un balde ".
Mirando por su garganta, los médicos vieron lo que describen como una “estructura parecida a un pez” de 5 centímetros. Afortunadamente, mediante cirugía, lograron extirparlo, pero una tomografía computarizada dos días después mostró que parte del pescado aún estaba incrustado en la garganta del paciente, por lo que se requirió un segundo procedimiento. Después de dos semanas con antibióticos, el hombre se recuperó con éxito.
El desafortunado pez fue examinado por científicos en el Museo de Historia Natural de Rotterdam, donde ahora descansa en paz como parte de la exposición
Dead Animal Tales. La exposición tiene como objetivo mostrar que cuando los animales y los humanos chocan, a menudo hay "consecuencias dramáticas para ambas partes".
Como señalan los autores en su informe, "este caso ilustra cómo un juego de beber imprudente, imitando a Jackass puede convertirse en una situación médica peligrosa y crítica con graves consecuencias".
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