Se cree que el agua en la Tierra fue traída por los cometas, que chocaron con nuestro incipiente planeta hace miles de millones de años. Pero esa agua no se formó con el resto del sistema solar. Los investigadores creen que ya era un componente de la nebulosa presolar.
El estudio se publicó en la revista Nature.Para comprender los orígenes del agua en la Tierra, los investigadores observaron la emisión de dos tipos de agua: regular y pesada. El agua simple estándar que conocemos está hecha de un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno. Pero cada elemento tiene isótopos, gemelos químicos que son un poco más pesados porque tienen neutrones adicionales en sus núcleos. Uno de los isótopos del hidrógeno se llama deuterio, y si el agua tiene un átomo de deuterio en lugar de hidrógeno regular, entonces se llama agua pesada.
La proporción entre agua simple y agua pesada es una huella química: nos dice de dónde viene el agua. Y algunos cometas tienen una proporción muy similar a la de la Tierra. Lo que no estaba claro era el "cuándo". Las estrellas se forman en las nubes de gas; desarrollan un disco del que pueden emerger planetas y cometas. Los investigadores encontraron la conexión entre el agua y la formación del sistema estelar en un sistema incipiente a 1,300 años luz de la Tierra.
“V883 Orionis es el eslabón perdido en este caso”, dijo en un comunicado el autor principal John J. Tobin, astrónomo del Observatorio Nacional de Radioastronomía. “La composición del agua en el disco es muy similar a la de los cometas en nuestro propio Sistema Solar. Esta es la confirmación de la idea de que el agua en los sistemas planetarios se formó hace miles de millones de años, antes que el Sol, en el espacio interestelar, y ha sido heredada tanto por los cometas como por la Tierra, relativamente sin cambios”.
Imagen publicada en: https://www.eso.org/public/news/eso2302/?lang Es increíble que hayamos encontrado agua en un sistema estelar distante como el que tenemos aquí en la Tierra. Pero también nos dice que el agua que bebemos y usamos es mucho más antigua que nuestro propio planeta.
"Ahora podemos rastrear los orígenes del agua en nuestro Sistema Solar antes de la formación del Sol", explicó Tobin.
Las observaciones fueron posibles gracias a las increíbles capacidades de observación del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA). Pero se necesitaba algo especial para realizar estas observaciones.
"La mayor parte del agua en los discos de formación de planetas está congelada en forma de hielo, por lo que generalmente está oculta a nuestra vista", dice la coautora Margot Leemker, investigadora graduada en el Observatorio de Leiden en los Países Bajos.
Por suerte, V883 Orionis es un sistema peculiar. Hace un calor inusual debido a los estallidos de estrellas que han provocado que el hielo se convierta en gas. Y ALMA pudo estudiar la composición del gas, descubriendo el vínculo entre el agua cósmica y la terrestre. Pero el trabajo en esto está lejos de terminar. Los futuros observatorios infrarrojos, como el Extremely Large Telescope, serán más adecuados para rastrear el viaje del agua desde las nubes interestelares hasta los cometas (y luego los planetas).
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